Si tuviésemos que categorizar de alguna manera la gran nómina de proyectos residenciales realizados en todo este tiempo, el rango más elevado lo tendrían sin lugar a duda los desarrollos colectivos urbanos. Proyectos singulares en muchos sentidos que han reportado a la trama urbana de la ciudad, calidad, integración y compromiso frente a lo que estamos acostumbrados a ver en el urbanismo de los últimos años.
Siempre que nos hemos enfrentado a un proyecto lo hemos tratado como algo único, como el primero, como el más importante, y en él se ha volcado todo el esfuerzo de nuestro equipo y colaboradores. Arquitectura rigurosa, cercana y humana que prioriza en la búsqueda de un nuevo modelo de ciudad, que da valor a los espacios, los públicos y privados, a la realidad del individuo y su relación con el entorno que habita, la luz, el agua o el clima, pero también con el sentido social que conecta el hábitat a la familia, la privacidad, la seguridad, el descanso o el propio ocio.